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Fútbol y bolsa: riesgos y oportunidades para la gestión de carteras 

  01/12/2020 19:30 Opinión


La profesionalización del fútbol a todos los niveles, el aumento de los ingresos y el consecuente saneamiento de los clubes, han convertido a algunos de ellos en un negocio rentable. En este contexto, algunos equipos han contemplado la salida a bolsa como una fuente de obtención de recursos. En principio, si un club de fútbol cotiza en bolsa cabría esperar que los gestores del mismo aplicarán estrategias de gestión en las que se confiere un peso importante al objetivo de la maximización del valor para el accionista [1]. En estas circunstancias, no es de extrañar, que para los potenciales inversores, las acciones de este tipo de entidades pueden representar una alternativa a tener en cuenta en los procesos de optimización de sus carteras de inversión. Ahora bien, entre las singularidades del sector, cabe destacar que si un club de fútbol o SAD cotiza en bolsa, el hecho de estar jugando semanalmente provoca que reporten información relevante para los inversores con esa periodicidad, algo que no sucede normalmente con las compañías de cualquier otro sector. Diversos investigadores sostienen que los resultados en los partidos disputados repercuten en los precios cotizados de las acciones de los clubes de fútbol [2] [3]. Por otra parte, tampoco se debe ignorar que la participación como accionistas de un equipo de fútbol suele tener un componente más emocional que en el caso de otro tipo de empresas. Por tanto, este factor psicológico de la inversión en clubes de fútbol, unido a la mayor periodicidad con la que se reporta información relevante (cada partido), puede provocar una mayor volatilidad en el precio de las acciones de estas entidades, lo cual genera cierta inseguridad e incertidumbre. A efectos de constatar esta mayor volatilidad, se pueden comparar el índice Euro Stoxx 50, como indicador de referencia para evaluar el comportamiento de la renta variable de la eurozona y el índice Stoxx Europe Football, como indicador futbolístico de referencia. Este índice futbolístico fue creado en el año 1991 y está compuesto por 22 equipos de fútbol de 11 países diferentes (ver Tabla 1), destacando Dinamarca con el liderazgo de 5 equipos en la composición del índice, seguido de Turquía con 4 y Portugal con 3.

Tabla 1. Composición del índice Stoxx Europe Football.

En el gráfico 1, se muestra la evolución de este índice en el periodo comprendido entre el año 2013 y 2020.

Gráfico 1. Cotizaciones del índice Stoxx Europe Football.

El gráfico 2 refleja las volatilidades de los rendimientos de ambos índices. A simple vista, se observa claramente la mayor volatilidad del índice futbolístico frente al del mercado general. En términos cuantitativos, la volatilidad del Stoxx Europe Football es del 0,56% frente al 0,51% del Euro Stoxx 50.

Gráfico 2. Volatilidades de las cotizaciones de los índices.

Los resultados que arroja esta comparación parecen ser compatibles con la idea de que los agentes que invierten en equipos cotizados tienen una mayor tolerancia al riesgo. No en vano, tal y como hemos mencionado anteriormente, estaríamos ante un sector especialmente volátil, y en el que desempeñan un papel clave variables de diversa índole que en algunos casos poco tienen que ver con criterios de gestión económica. De hecho, los resultados deportivos, las políticas de fichajes y traspasos o las eventuales lesiones de sus estrellas pueden provocar bruscos movimientos en la cotización de sus acciones. La situación actual provocada por la pandemia ha provocado expectativas negativas en las cotizaciones futbolísticas derivadas de las malas perspectivas económicas de los clubes. Las disputas de los partidos a puerta cerrada, la disminución de ingresos por derechos televisivos, la pérdida de patrocinadores, la paralización del mercado de traspasos, la posibilidad de nuevos confinamientos y cancelación de partidos, son algunas de las consecuencias de dicha situación. Tanto es así que, en estas circunstancias tan excepcionales, el índice Stoxx Europe Football ha dejado de cotizar el pasado mes de septiembre. Una de las implicaciones prácticas que se desprende de este análisis comparado de la volatilidad en el campo de la gestión de carteras, es que la mayor volatilidad del índice futbolístico ofrecería a los inversores más opciones de entrada y salida del mercado. Por ello, los inversores podrían optimizar el rendimiento de sus carteras, una vez analizados los fundamentales, aprovechando situaciones donde la cotización difiera del precio objetivo debido a la incertidumbre cortoplacista que caracteriza al mercado futbolístico. Si a ello añadimos que los beneficios de este tipo de entidades se están viendo resentidos por los efectos negativos de la pandemia, probablemente no sería descabellado pensar que los inversores dirijan el foco hacia equipos objetivamente bien gestionados y que en la actualidad coticen a precios por debajo de su valor intrínseco.   Mary Elena Sánchez Gabarre Universidad de A Coruña   Referencias [1] Benkraiem, R., Louhichi, W. y Marquès, P. 2009. Market reaction to sporting results: The case of European listed football clubs, Management Decision 47(1), p. 100-109. [2] Scholtens, B. y Peenstra, W. 2009. Scoring on the stock exchange? The effect of football matches on stock market returns: an event study, Applied Economics 41(25), p. 3231-3237. [3] Bell, A. R., Brooks, C., Matthews, D. y Sutcliffe, C. 2012. Over the moon or sick as a parrot? The effects of football results on a club's share price, Applied Economics 44(26), p. 3435-3452.
 

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