A nadie se le escapa que la práctica deportiva y la actividad física en general ejercen una influencia positiva sobre la salud de los individuos. Existe una conciencia generalizada al respecto y, a nivel académico, disponemos de abundante evidencia empírica que apunta en esta dirección. La consistencia de estos resultados tiene, sin embargo, su espada de Damocles en la medida en que entre actividad física y salud se da una potencial relación de causalidad bidireccional que dificulta la identificación de dichas relaciones. Dichas evidencias son la base de manifestaciones como la de la
Carta Europea del Deporte de mayo de 1992, en donde se destaca que una de las finalidades de lo que se debe entender por deporte es la mejora de la condición física y psíquica, o la del
Libro Blanco sobre el Deporte de la Comisión Europea de junio de 2007, que sitúa, como primer elemento dentro del papel del deporte en nuestra sociedad, la mejora de la salud pública a través de la actividad física.
Lamentablemente en estos días estamos inmersos en una situación en la que salud y deporte vuelven a cruzar sus caminos a consecuencia de la pandemia del coronavirus que nos afecta a nivel global. Ello es así, no sólo porque el deporte de competición a todos los niveles haya visto frenada en seco su actividad o porque el confinamiento conlleve, entre otras cosas, la imposibilidad de practicar deporte al aire libre, en gimnasios o centros deportivos, sino porque todo ello acarrea consecuencias económicas en el sector del deporte, al igual que en el conjunto de la economía.
No vamos a ejercer de alquimistas y proceder a especular sobre el impacto en términos económicos que esta pandemia del coronavirus tiene sobre el sector deportivo. Sería atrevido, imprudente y poco académico, dada la gran incertidumbre acerca de la duración de este estado de emergencia, de los efectos de la pandemia, de la evolución de la situación a nivel mundial, de los patrones de comportamiento de los individuos una vez superado este escenario o de la definición (habitualmente) no explicitada de qué se entiende por sector deportivo, por no alargar más la lista de interrogantes. En cambio, sí es una oportunidad para poner sobre el tapete algunas de las pocas (y escasamente estructuradas) cifras del sector de deporte en España, para destacar la heterogeneidad del mismo sea cual sea la dimensión considerada, para comentar la capacidad del sector en el pasado para acomodarse a situaciones de crisis económica, aunque muy distintas a la actual, y para dar cuenta del grado de interrelación con el resto de sectores de la economía y con ésta en su conjunto.
La cifra más reciente relativa al peso de sector del deporte en el total de la economía para España es la que aportan SpEA y Sheffield Hallam University (2018)
[1] en un estudio comparativo para los países de la Unión Europea para el año 2012 impulsado por la Comisión Europea. En el caso de España el Valor Añadido Bruto (VAB) del sector del deporte representa el 1,44% del PIB, utilizando la versión amplia de la definición de Vilna del sector del deporte. Es decir, la que incluye todos los bienes y servicios necesarios para la práctica del deporte más aquellos que requieren del deporte como input, como por ejemplo la prensa deportiva. Este peso está claramente por debajo de la media europea, por encima del 2 por ciento, siendo mayor que el peso de otros sectores de nuestra economía como el químico o la fabricación de vehículos a motor, y habiendo aumentado ligeramente (algo más de una décima) en relación a la cifra de 2005, publicada por el mismo grupo de investigación.
Las anteriores cifras aportan una primera evidencia en el sentido de que el sector deportivo ha superado el período de crisis financiera iniciado en 2008 de mejor manera que la media de la economía. El hecho de que muchas de las actividades sean difíciles de deslocalizar, en relación a lo que ocurre en otros sectores, o que los individuos y las familias consideren bienes y servicios generados en el sector como necesarios, puede contribuir a dar cuenta de esta evidencia.
De hecho, resultados similares se obtienen en los estudios realizados en Cataluña para los años 2006
[2] y 2013
[3], en donde se constata un mayor crecimiento en el VAB del deporte comparado con el del VAB del conjunto de la economía catalana. Además en dichos estudios se observa que los patrones de evolución no son homogéneos entre los distintos subsectores dentro del sector deportivo. El crecimiento es menos acusado, prácticamente nulo, en el sector privado con ánimo de lucro, en donde quedan encuadradas las actividades de los gimnasios y centros deportivos, que representaban en 2013 más del 40 por ciento de este subsector.
Asimismo, el sector del deporte no es un sector ajeno al resto de sectores de la economía sino, al contrario, está estrechamente ligado a los mismos. Para el caso de Cataluña se dispone una estimación para el año 2011, a partir de las Tablas Input-Output de Catalunya, de los efectos multiplicadores del sector sobre sobre la producción, el VAB y la ocupación de la economía catalana
[4]. Contabilizando los efectos directo, indirecto (a través de la producción de los inputs necesarios para la producción del sector) e inducido (a través de la producción de los bienes y servicios demandados por las nuevas rentas generadas), el efecto multiplicador sobre la producción es 2,21. Es decir, cada euro de demanda en el sector requiere una producción equivalente a 2,21 euros. Por otra parte, cada millón de euros de demanda requiere trabajo equivalente a 20 empleos a tiempo completo. Estas cifras son similares a las que corresponderían a sectores como el textil o el de la madera y el corcho y superiores a las de sectores como la metalurgia y las telecomunicaciones.
En el mismo estudio se aporta otra evidencia del grado de interrelación entre el sector del deporte y el resto en base a los coeficientes de arrastre y soporte del sector. El primero mide la caída del PIB de la correspondiente economía si el sector del deporte atendiese sus necesidades de consumos intermedios fuera de la misma. El segundo hace referencia a la caída en el caso que el sector del deporte dejase de atender las demandas de sus productos por parte de otros sectores. Dichos coeficientes son -0,42 y -0,22, respectivamente. Estas cifras son similares a las del sector textil y al de fabricación de productos lácteos.
En resumen, el sector del deporte no sólo es relevante por el papel que juega en nuestra sociedad a través de su relación positiva con la salud, la educación, la empleabilidad, el bienestar o la inclusión social, entre otras dimensiones, sino que contribuye de manera significativa al crecimiento económico y al desarrollo territorial, a través de la actividad que supone la producción de bienes y servicios asociados al mismo. Es un sector con capacidad de adaptación y respuesta a períodos de crisis y, a su vez, ejerce un efecto de arrastre no despreciable sobre los demás sectores de nuestra economía.
Pese a ello, y valorando muy positivamente los esfuerzos de estructuración y sistematización de la información del sector a través de la publicación del
Anuario de Estadísticas Deportivas por parte del Ministerio de Cultura y Deporte en los últimos años, se echa en falta una información más completa del sector sobretodo en la dimensión económica, acorde con los requisitos exigibles a las estadísticas oficiales. En otras palabras, es necesaria la elaboración de una cuenta satélite del sector que se mantenga en el tiempo, como ya ocurre con otros sectores, como la cultura o la salud, que no se identifican con ninguno de los sectores de la
Clasificación Nacional de Actividades Económicas.
Esta información ha de permitir conocer mejor la estructura del sector y su heterogeneidad, lo cual ha de contribuir a un mejor diseño de las actuaciones a desarrollar para, en situaciones como la actual, poder recuperar de forma ágil los niveles de actividad tras un episodio de crisis. Disponer de cifras fiables de las consecuencias de un período de crisis provocado por elementos exógenos al sector, facilitaría el cálculo del importe de las ayudas para salvaguardar la supervivencia de las empresas y entidades deportivas y, lo que es más importante, facilitar su gestión.
En este sentido, las distintas maneras de entender la toma de decisiones en deporte pueden ayudar a estructurar las medidas que deben arbitrarse en estos momentos. En relación con la salud, debe predominar la toma decisiones en base a encontrar la mejor solución entre las más obvias, inteligencia táctica. No es momento para experimentar. En cambio, en el terreno económico, tras superar esta situación y durante la misma, hay que añadir a la inteligencia táctica, la creatividad táctica, la toma de decisiones distintas de las obvias a fin de sorprender al “contrario” (la recesión). Hay que ser creativos. El deporte a todos los niveles, ya sea competición o práctica profesional, está lleno de buenos ejemplos del uso de ambas estrategias, debiendo aprovechar en nuestro favor las circunstancias del momento. La tecnología debe jugar y juega un papel relevante en este sentido. Utilizando terminología deportiva, acometamos la “remontada” de este partido no sólo con buenas intenciones, sino aprovechando aquello que el deporte de competición requiere: inteligencia táctica y creatividad táctica, y los valores que el deporte debe cultivar, entre ellos la solidaridad.
Júlia Bosch (1)
Jaume García (1)
Carles Murillo (1,2)
(1) UPF Sports_Lab. Universitat Pompeu Fabra
(2) UPF Barcelona School of Management
[1] SportsEconAustria y Sheffield Hallam University(2018),
Study of the economic impact of sport through sport satellite accounts, Bruselas: Comisión Europea.
[2] Secretaria General de l’Esport (2010).
El pes econòmic de l’esport a Catalunya. Barcelona: Generalitat de Catalunya. Estudio dirigido por Júlia Bosch.
[3] Bosch, J., García, J. y Murillo, C. (2015).
El pes econòmic de l’esport el 2013. Barcelona: Consell Català de l’Esport, Generalitat de Catalunya.
[4] Bosch, J. y García, J. (2017), “Efectos del deporte en la economía de Catalunya”, en J. del Corral y C. Gómez-González (eds.),
El uso de datos en la economía del deporte. Mirando al futuro, VIII Congreso Iberoamericano de Economía del Deporte, Ediciones de la Universidad de Castilla y La Mancha, Colección Jornadas y Congresos No. 11, 96-99.